Todo viaje requiere de un relato que plasme la emoción y las peripecias  que se viven mientras dura. Y este no iba a ser menos.

Desde el comienzo del consorcio hace ya un año, con una pandemia de por medio, no fue nada fácil encontrar el lugar ni la ocasión propicia para estrenarnos con los cursos de formación europeos que forman parte de nuestro proyecto.

Cuando la situación sanitaria empezó a darnos algo de tregua y empezaron a vacunarnos, nos planteamos hacer una formación que se adecuara a la realidad de nuestro cole y que nos diera un empujón para seguir creando y mejorando nuestro forma de entender la educación.

            Desde la Delegación  de Educación de Cuenca, junto al Sepie (Servicio Español para la Internacionalización de la Educación)  y gracias al gran apoyo y acompañamiento por parte de Elena Valero, asesora de plurilingüismo, así como del Equipo Directivo del centro, que desde el primer momento nos facilitó el proceso y nos ayudó en todo el papeleo pertinente. nos pusimos las pilas y organizamos una movilidad a Glyfada (Grecia) durante la última semana de curso (del 29 al 4 de julio) para realizar un curso en formación «STEAM, Inteligencias Múltiples, Microaprendizaje, Gamificación, CLIL, y Clase invertida«.

            “La vida es trabajo y sacrificio, pero haciendo lo que nos gusta, todo sucede con emoción.” Eso fue lo que nos planteamos desde un principio, y lo que tuvimos en mente durante todo el viaje.

            Las fuertes medidas para coger un avión y entrar en otro país, las noticias que iban llegando de las nuevas cepas del virus, y la vacuna que casi no llegaba a tiempo, no mermaron nuestras ganas de seguir adelante con nuestro plan.

            Y hoy, un mes después de haber puesto fin a esta aventura, solo podemos sentirnos afortunadas por haber elegido este destino, la escuela  y el curso en concreto.

Encontramos el curso a través de la plataforma oficial School Education Gateway La escuela a la que fuimos se encontraba en Glyfada (Atenas) y el curso escogido se ajustaba perfectamente a la línea de trabajo de nuestro proyecto y muy específicamente de nuestro cole .

El curso era muy completo, con contenidos teóricos pero apoyados con un gran porcentaje de recursos prácticos que, por supuesto, guardamos en nuestra mochila para poder presentarlos en septiembre a nuestros compañeros y alumnado. Además, pudimos disfrutar de la cultura de esta ciudad que respira resquicios de historia por todas sus calles.

Según pasaban los días, nos dábamos cuenta, de que los niños son iguales en todas las partes del mundo, y que adecuar la forma de enseñar a los tiempos que corren, es una obligación de todo docente comprometido con su trabajo.

Por eso, la formación es imprescindible y necesaria para poder seguir educando a alumnos del siglo XXI. Formación que va más allá en muchos casos de nuestras fronteras, y de la que nos podemos beneficiar todos.

Volvemos con las pilas cargadas, con muchas ganas de hacer muchos proyectos y poner en práctica todo lo aprendido.